Seguro que me has visto en algún lugar.

Sin embargo, cuando estoy ante ti, piensas que soy una desconocida.

Permíteme una corrección: Soy la reina del disfraz.

Y gracias a ello, me doy el gusto de ser cruda, directa y ofensiva.

Te voy a torturar con lo que me gusta y lo que me desangra.



sábado, 5 de marzo de 2011

Cambio de sentir

Ligar es algo que sube la moral. Me encanta que me piropeen, o simplemente saber que alguien me observa con deleite. Da igual si es hombre o mujer, si piensa que tengo una bonita figura o si me encuentra interesante. En cualquier caso, es un placer sentirse deseada. Y no concibo que cualquiera que se valore lo suficiente no esté de acuerdo conmigo.

No soy vanidosa, y no diré que tengo un mal día si salgo a la calle y no me siento reconocida. No busco un reconocimiento a mi belleza, a todo lo que destilo y los otros captan. Pretendo ir más allá. El mal día, en mi caso, supondría no sentirme alagada por una actitud cercana. Normalmente, existe alguien dispuesto a dejarse llevar por ese tipo de situaciones a las que empiezo a volverme adicta. Y eso implica un riesgo considerable, puesto que no soy una persona de adicciones.

Sin embargo, hoy recuerdo a una persona que estimula mi lado intrépido, que me anima a participar en altercados morales, haciéndome cómplice de sus escenas y queriendo protagonizar las mías propias. Ella es Tirza.

Tirza no es mi hermana, ni mi amiga, ni mi amante, ni mi alma gemela. Está por encima de cualquier término. Ella es el complemento a mi parte física y mental. Lo que empieza cuando acabo yo.

Cuando coincidimos en la misma realidad, en el mismo plano, todo es diferente. Ejerce sobre mí tal influencia, que parece que la vida me sonríe. Y yo me parapeto tras su risa, tras su mirada oscura y profunda, tras su acento venezolano, cálido y musical. Igual que ella se escuda en mi altura, y en mi porte. Ambas nos tenemos la una a la otra para disfrutar de todos los placeres de la vida, para sabernos dos partes de un todo, para sentirnos amadas y comprendidas.



Hace tiempo que no nos vemos... La última vez fue el pasado invierno, en su tierra. Y la vez anterior fue en mi casa. En mi antigua casa. La he llamado esta mañana, por fin. Le he contado que me he marchado para cambiar de identidad, como siempre hago cuando me canso de lo que tengo. Que he llegado a otra parte de Europa y que si decide visitarme prometo conocer previamente a fondo la ciudad para llevarla a todos los rincones ocultos y secretos, que sólo yo soy capaz de descubrir.

También le he hablado de Enrique. No he podido evitarlo. De su rostro de modelo de fotografía, de su detalle la otra tarde para darme la bienvenida, de su curiosa manera de expresarse. Tirza sabe que no me dejo impresionar por nadie, que aunque se me caiga la baba, no doy muestras de estar babeando. Tengo una fachada bien trabajada y una reputación. Que nadie salvo ella conoce.

Tirza... Me gustaría tenerla conmigo ahora mismo. Abrazarla muy fuerte, como a ella le gusta, contemplar su piel morena de manera íntegra, compartir un baño caliente, con burbujas, y luego la cama. Es fantástico dormir con ella. Tan silenciosa, tan leve en sus movimientos, tan adorable en su quietud y en su sueño. Yo no puedo dormir cuando la tengo pegada a mí. Me limito a mirarla, a aspirar su aroma exótico, a recargarme de su magia, de su protección frente al mundo atroz que trata de devorarnos.

El caso es que ha vuelto a darme un "sí". Ha prometido venir a verme. Me ha dicho que, si no hay ningún problema, nos veremos a lo sumo en un mes. Y todo lo que intento ocultar ha renacido con más fuerza que nunca. Con el recuerdo de su voz aún en mis oídos, con la anticipación de nuestro reencuentro palpitando en mi imaginación, se ha abierto ante mí una nueva manera de sentir. Hoy he descubierto que no es cierto lo que me repito cada vez que ella está conmigo. No me estimula a desarrollar mi vena creativa, sino que encarna mi creatividad. No podría dedicarme al arte de no haberla conocido. Y por primera vez en mi vida, siendo consciente de un pensamiento tan sincero, me he sentido triste y melancólica.

Ansiosa por su ausencia.

6 comentarios:

  1. Definitivamente me rindo ante su ley... Lavinia...

    Y sí, todo un descubrimiento...

    Salud.

    P.D.: La sigo.

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  2. Salud, camarada.
    Estos gestos cálidos y cercanos son los que espero a diario...
    Gracias, Malditos Tacones.

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  3. Ostias, buen punto de vista siempre tenemos otro yo dentro de nosotros mismos jajaja
    Mi otro yo es de un tio con mogollon de pasta y aún estoy esperando a ver cuando sale jeje

    Tienes un nuevo seguidor en google friends, se igual de original en la proxima
    http://dalecalor.blogspot.com

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  4. Caramba, carambita. Este blog promete ser mas movidito que una peli de Jhon Ford... ¡Lavinia, te lo pasas mejor que Ava Gardner en Mogambo!

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  5. Gracias, Dale Calor. Esta misma tarde otra seguidora me decía algo parecido a eso que tú cuentas... Me pasaré por tu blog.

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  6. Ciertamente, José Manuel, me lo paso bastante bien. Pero todo tiene su precio. Y el mío es tan alto que no sé si me atreveré a contarlo...

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